Si tuviéramos la desgracia de que un grupo de empresarios, macroempresarios, estableciera en nuestro país, o en nuestra zona, una planta de energía nuclear, la consecuencias en nuestras vidas diferirían de las supuestas ventajas que esto traería a nuestras vidas que profesan eternamente los egoístas dueños del poder.
No olvidando que la energía nuclear siempre viene acompañada de segundas intenciones, como por ejemplo el armamentismo, cualquier país con centrales nucleares puede fabricar bombas nucleares.
El medio ambiente seria contaminado diariamente por elementos radioactivos lanzados al medio ambiente;
A pesar de que la seguridad seria muy deficiente, ya sea la mantención de la infraestructura, y el constante control sobre el reactor, el costo de esta precaria manutención, la pagarían los consumidores de electricidad, lo cual derivaría en cuentas no muy diferentes a las frecuentes, quizás serian, probablemente, más altas que las que ahora pagamos.
El funcionamiento de cualquier central nuclear produce importantes cantidades de residuos radiactivos de baja, media y alta actividad. Las centrales nucleares son la principal fuente de producción de residuos radiactivos.
El combustible nuclear gastado de las centrales nucleares, como la de Almaraz, es un peligroso residuo radiactivo de alta actividad. Estos residuos permanecen peligrosamente radiactivos durante centenares de miles de años. Entre los elementos que contiene se cuenta el plutonio-239 cuya vida media es de casi 25.000 años.
La vida útil de una central nuclear es de 25 años, y los residuos radiactivos que produce serán peligrosos durante más de 250.000 años. Nadie sabe qué hacer con estos residuos, cuya producción continuará mientras sigan funcionando las centrales nucleares.
La energía nuclear es la mas cara que existe y sobre todas las cosas es la energía mas contaminante, es una energía no renovable, representa solo el 3.2% de la energía utilizada y las secuelas en la gente que trabaja expuestas a las pequeñas o grandes cantidades de radiación que reciben se reflejan en ellos mismos o en sus hijos o nietos.
Podemos concluir, entonces, que nuestra calidad de vida no aumentaría, sino que perderíamos nuestra vida por culpa de la sed de lucro de una clase que se olvida que para vivir en un mundo mejor, debemos procurar no dañar a nuestros pares, y mantener un equilibrio entre lo que le pedimos a la tierra para vivir, y lo que le devolvemos procurando cuidarla, a la vez cuidando nuestras propias vidas.
Y algunos candidatos (por no decir casi todos), han analizado la opción de la energía nuclear…
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